Landalore, mi ikigai

Landalore, mi ikigai

Escrito por        dic 3, 2021     Categoría     =Comentarios

Esta palabra es japonesa, y se refiere a aquella actividad que nos apasiona, nos da felicidad y sentido a nuestra existencia. Si la convertimos en nuestra actividad laboral, nos llenará de satisfacción toda la vida.

Cuando compramos productos de alguna marca, o disfrutamos de algún servicio, casi nunca nos preguntamos qué hay detrás de ese proyecto, cuál es su historia. 

Es cierto que una de las razones para emprender es conseguir un sustento de vida, pero otro también es, y se ve claramente en los ojos del emprendedor, que ha encontrado su “Ikigai”. Esta palabra es japonesa, y se refiere a aquella actividad que nos apasiona, nos da felicidad y sentido a nuestra existencia. Si la convertimos en nuestra actividad laboral, nos llenará de satisfacción toda la vida. Que el Ikigai es lo más importante lo tienen claro en la isla japonesa de Okinawa, donde encontramos la población más longeva del mundo. 

Yo supe que la cosmética ecológica era mi Ikigai hace más de 8 años, y os voy resumir mi historia para que sepáis un poco más de la persona que hay detrás de Landalore. Procuraré no alargarme ?

Desde que tengo uso de razón he tenido claro dos cosas: que debemos cuidar la tierra, que es nuestra casa, y que todas las personas somos iguales y tenemos derecho a las mismas oportunidades. Por ello decidí estudiar, entre otras cosas, las carreras de Biología y de Ciencias Ambientales y un máster en Cooperación Internacional. Durante 15 años trabajé en el ámbito de cooperación al desarrollo, apoyando proyectos internacionales relacionados con el cuidado de la salud, el medio ambiente y el desarrollo rural. 

En abril de 2010 estaba de viaje de trabajo por Costa Rica. La visita a una comunidad de las montañas, donde una cooperativa de mujeres fabricaba cosmética natural, cambió mi vida para siempre. Todo el ciclo de producción era ecológico, desde el cultivo propio de plantas aromáticas y medicinales hasta la fabricación de los productos cosméticos. Pensé que ojalá pudiera tener un proyecto parecido en el País Vasco. Me encantaba porque suponía todo lo que a mí me entusiasmaba: la conservación ambiental, el amor por la ciencia, el cuidado de la salud de las personas y el desarrollo local. 

Durante 4 años estuve estudiando, investigando fórmulas y los requerimientos sanitarios. No fue fácil, pero en abril de 2014 creé mi marca de cosmética ecológica: Landalore. Ahora, 4 años y medio después, sigue siendo una lucha continua. Los gastos son muy altos y cuesta mucho vender, no hay mes que no piense en tirar la toalla. Aún así, estoy contenta por hacer un trabajo que me encanta y va acorde a mi filosofía de vida.

Cada vez hay más personas como yo. Por eso, cuando compres un producto a un pequeño productor o te beneficies del servicio de un emprendedor, piensa que, además de la satisfacción que recibes tú, estás contribuyendo a que esa persona sea más feliz desarrollando esa labor que le apasiona. 

Y tú, ¿ya has encontrado tu Ikigai? Nunca es tarde…

M. Luz Iñarra (Fundadora de Landalore)

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